
Las duchas de obra tienen muchas ventajas en comparación con las duchas prefabricadas. En primer lugar, permiten una mayor personalización del espacio, ya que se pueden adaptar a cualquier tamaño y forma de la habitación, así como también a las necesidades y gustos de cada persona.
Las duchas de obra ofrecen una mayor durabilidad y resistencia, ya que están hechas con materiales de alta calidad que no se deforman con el paso del tiempo. Además, al ser una estructura fija, evita posibles problemas de filtraciones de agua y humedades que pueden surgir con las duchas prefabricadas.
Por otro lado, las duchas de obra también ofrecen una mayor versatilidad en cuanto a la elección de revestimientos y acabados. Se pueden utilizar diferentes tipos de azulejos, piedras o incluso pinturas para darle un toque personal y único al espacio de la ducha, que sin duda no será igual a ningún otro.
Las duchas de obra, tienen una gran ventaja y es que son más fáciles de limpiar y mantener que las duchas prefabricadas. Al no tener uniones ni juntas entre piezas, se evita la acumulación de suciedad y moho, lo que facilita su limpieza y prolonga su vida útil.
Las duchas de obra ofrecen una gran cantidad de ventajas en cuanto a personalización, durabilidad, versatilidad y facilidad de limpieza. Si estás pensando en renovar tu baño, considera la opción de una ducha de obra para disfrutar de un espacio único y de alta calidad.
Tipos de ducha de obra
¿Estás en proceso de construir o remodelar tu baño y no sabes qué tipo de ducha de obra elegir? A continuación, te presentamos los diferentes tipos de duchas de obra disponibles en el mercado y sus características para que puedas elegir la ducha perfecta para tu baño.
Duchas empotradas


La ducha empotrada es una opción popular en la mayoría de las viviendas modernas. Se caracteriza por estar empotrada en la pared y tener una mampara o una puerta de cristal para evitar que el agua salpique fuera de la ducha. La ducha empotrada es una opción muy estética y elegante, ya que no sobresale de la pared. Además, es fácil de limpiar y mantener.
Duchas de esquina


Si estás buscando una opción para baños pequeños o con una disposición en forma de L, la ducha de esquina puede ser una buena opción para ti. Se instala en la esquina del baño y ocupa menos espacio que una ducha empotrada. Las duchas de esquina suelen tener mamparas o puertas de cristal para evitar que el agua salpique fuera de la ducha, y vienen en diferentes formas y tamaños para adaptarse a cualquier espacio.
Duchas con hidromasaje


Si quieres disfrutar de un baño relajante y terapéutico, la ducha con hidromasaje es una opción que vale la pena considerar. Esta ducha tiene jets de agua incorporados que ofrecen una sensación de masaje en el cuerpo, lo que puede ayudar a reducir el estrés y aliviar la tensión muscular. La ducha con hidromasaje puede ser más costosa que otros tipos de ducha, pero puede ser una buena inversión para tu bienestar.
Duchas al ras del suelo


La ducha al ras del suelo es una opción moderna y minimalista que se integra perfectamente en cualquier diseño de baño contemporáneo. Estas duchas se instalan en el suelo del baño sin una bandeja elevada, lo que crea un aspecto elegante y aerodinámico. Además, son fáciles de limpiar y de mantener, ya que no tienen una bandeja elevada que acumule suciedad y humedad.
Duchas de obra personalizadas
Si ninguno de los tipos de duchas de obra mencionados anteriormente se adapta a tus necesidades, siempre puedes optar por una ducha de obra personalizada. Una ducha de obra personalizada te permite diseñar y construir una ducha que se adapte perfectamente a tus gustos y necesidades. Desde el tamaño y la forma de la ducha hasta el tipo de mampara o puerta de cristal, puedes personalizar cada detalle para obtener el baño de tus sueños.
En definitiva, existen distintos tipos de duchas de obra disponibles en el mercado. La ducha empotrada es una opción elegante y fácil de mantener, mientras que la ducha de esquina es ideal para baños pequeños o con una disposición en forma de L. Si buscas un baño relajante, la ducha con hidromasaje es una excelente opción, y la ducha al ras del suelo es perfecta para un diseño de baño moderno. Si ninguna de estas opciones te convence, siempre puedes optar por una ducha de obra personalizada para obtener el baño de tus sueños.
Cómo hacer una ducha de obra


¿Alguna vez has querido instalar una ducha en casa pero no sabes por dónde empezar? ¡No te preocupes! Aquí te explicamos cómo hacer una ducha de obra, desde cero. Antes de empezar, debes asegurarte de tener todas las herramientas necesarias y seguir cada paso al pie de la letra. ¡Vamos a empezar!
Paso 1: Planifica el diseño de la ducha
Antes de construir tu ducha de obra, debes planificar el diseño. Decide si quieres una ducha de obra a ras de suelo o un plato de ducha elevado. Si tienes un espacio pequeño, es mejor optar por una ducha a ras de suelo para evitar la necesidad de una rampa. Si prefieres un plato de ducha, asegúrate de medir el espacio disponible y comprar uno que encaje correctamente.
Paso 2: Prepara la superficie
Para instalar una ducha de obra, necesitarás una superficie sólida y nivelada. Si no tienes una superficie adecuada, tendrás que crear una base de hormigón. Asegúrate de que el área donde se construirá la ducha esté libre de polvo y restos.
Paso 3: Instala las tuberías
Antes de empezar a construir la ducha, debes instalar las tuberías de agua y desagüe. Si tienes conocimientos básicos de fontanería, puedes hacerlo tú mismo. De lo contrario, contrata a un profesional para evitar problemas a largo plazo.
Paso 4: Construye las paredes
Ahora es el momento de construir las paredes que rodearán tu ducha. Necesitarás ladrillos o bloques de cemento para construir una pared sólida. Si no tienes experiencia en albañilería, considera contratar a un profesional para asegurarte de que la estructura sea segura y duradera.
Paso 5: Instala la base de la ducha
Después de que las paredes estén construidas, es hora de instalar la base de la ducha. Si optaste por una ducha a ras de suelo, deberás aplicar una capa de mortero para nivelar la superficie antes de instalar el azulejo. Si prefieres un plato de ducha, asegúrate de que encaje perfectamente en la base y que esté nivelado.
Paso 6: Instala el revestimiento
Ahora es el momento de añadir el revestimiento. Elige el tipo de azulejo que quieras, pero asegúrate de que sea resistente al agua. Usa un adhesivo de azulejos para asegurarte de que los azulejos queden bien pegados a la pared y a la base de la ducha. Si no te sientes seguro con el proceso, considera contratar a un profesional.
Paso 7: Instala la grifería y la mampara
Finalmente, instala la grifería y la mampara. Asegúrate de que la grifería esté instalada correctamente y de que no haya fugas de agua. La mampara de ducha deberá ser instalada por un profesional para asegurarte de que quede perfectamente fijada y evitar fugas de agua.
Ahora ya sabes cómo hacer una ducha, pero como ves, no es proceso sencillo, por lo que si no te sientes seguro de realizarlo, siempre puedes pedir la ayuda un profesional que pueda ayudarte en cada paso o directamente, construirla.